Mantiene la vista al frente,observando la triste, gris y monótona ciudad que se presentaba adelante de ella. ¿Desde qué momento aquel montón de cemento comenzó a ser agobiante, deprimente? Se sentía atrapada, esclava de su vida, que ya no la motivaba. Quería ser libre, escapar de todo, incluso de ella misma.
Recuerda las palomas que había visto aquella mañana, la envidia que les tuvo por poder volar, el deseo que sintió por poder hacerlo igual. Es por eso que estaba ahí, parada en la azotea de aquel edificio viendo todo desde lo alto, observando lo vacía que era su vida, lo podrida que estaba.
Se acercó al borde y pudo ver la gran distancia que la separaba del suelo. Sintió vértigo, por lo que dirigió su mirada nuevamente al frente, al vacío, esperando el momento preciso para saltar.
No lo veía como un suicidio, ella no quería dejar de vivir, solo quería hacerlo de otra forma... en otro lugar. Quería libertad y estaba a punto de conseguirla.
Sintió que una lágrima corría por su mejilla, se la quitó con la mano, sorprendida, hace tiempo que no lloraba, aunque quisiera, simplemente las lágrimas no salían, dejándole una molestia en el pecho. Odiaba que pasara eso.
"Fue solo una lágrima" pensó, pero se sintió feliz: esa lágrima había logrado que por fin experimentara lo que era vivir realmente.
Sonrió, estaba lista, preparada para comenzar su nueva vida. Solo debía dar un paso, solo uno y con él, todo lo que no había podido olvidar durante años se marcharía.
Abrió los ojos, recodando el volar de las palomas y se dejó caer... Sintiendo como el aire la abrazaba.
Al fin pudo volar...
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