Llovía, y mientras observaba por la ventana, recordaba a aquella princesa que se había aparecido en sus sueños la noche anterior, la que le decía, con su suave voz, que viviera... que no se rindiera...
Al oír el sonido que el viento hacia al rozar los arboles, sintió la necesidad de salir, de estar bajo la grises nubes que cubrían todo el lugar. Y mientras la lluvia empapaba su rostro, su cuerpo; sonreía, sin evitar pensar en ella... Esperando el momento para verla, para hablarle.. Y tal vez preguntar sobre qué es lo que se niega a aceptar.. Deseando conocer su mayor deseo...
Con frustración pienso en aquel por qué...